Hace 50 años, en abril de 1968, se estrenaba una de las obras maestras de Stanley Kubrick. Una película icónica de la ciencia ficción. Una de las grandes obras de arte del cine, por su historia, por la forma de contarla, por sus temas: la evolución de la humanidad hacia la conciencia y el despertar de la inteligencia junto con el desarrollo de la herramienta: para bien y para mal. La exploración espacial y la vida extraterrestre. La herramienta evolucionada adquiriendo conciencia hacia la inteligencia artificial: para bien y para mal. Un viaje por el espacio que es un viaje por la humanidad. Una obra única. Visualmente icónica (ver fotos más abajo). Musicalmente icónica (escuchar la música más abajo).
Recordemos las estación espacial girando al compás del Danubio Azul de Johann Strauss, naves viajando a bases lunares un año antes de la llegada del Apolo XI, el monolito, el viaje fantástico del astronauta Dave Bowman, con la inigualable atmósfera musical de Györgi Ligeti. Y por supuesto el himno de esta película, el monumental preludio del poema sinfónico Opus 30 de Richard Strauss, "Also sprach Zarathustra!" (Así habló Zaratustra, inspirado en el libro de Nietzsche y compuesta en 1896). Su sencillez es digna de ser mencionada por el poder expresivo que consigue y que tiene mucho que ver con esa sencillez, pero también con la maestría de la orquestación. Tan solo 21 compases que se desarrollan a lo largo de un minuto y medio casi hipnótico. Tras un prolongado Do continuo de cuatro compases hacen su entrada las trompetas al unísono, en ascenso tónica-dominante-tónica en octava superior (Do-Sol-Do), así de simple y entonces un relámpago, un brevísimo acorde de Do mayor que es seguido por un prolongado acorde de Do menor, el cual gana tensión al apagarse brevemente para luego volver a crecer acompañado por un trino del timbal que termina golpeando recursivamente entre dominante y tónica (seis veces Sol-Do). Por segunda vez se repite el ascenso de las trompetas pero con un poco más de intensidad y otra vez llega el relámpago, pero esta vez invertido, un brevísimo Do menor le da paso al Do mayor que culmina nuevamente con los mismos timbales. Por tercera vez ingresan las trompetas del mismo modo que las dos veces anteriores, pero más intensas todavía. El relámpago que les sigue es ahora de una transición del acorde de Do mayor a Fa mayor, con el mismo juego de timbales que conduce a un crescendo en ascenso diatónico en toda la orquesta que culmina en un fortísimo acorde general de Do mayor (que incluye al órgano, el cual sigue sonando junto con el timbal y los contrabajos durante un compás más, luego de que termina de tocar el resto de la orquesta).
Una anécdota para terminar. Kubrick había contratado al compositor Alex North, con quien ya había trabajado en películas anteriores. Sin embargo la música "de prueba" funcionó tan bien que decidió dejarla como definitiva. Sobre esta historia, el propio Kubrick cuenta en una entrevista lo siguiente: "Por buenos que sean nuestros mejores compositores de cine, no son un Beethoven, un Mozart o un Brahms. ¿Por qué usar música que es menos buena cuando hay tanta música orquestal disponible del pasado y de nuestro tiempo? Cuando estás editando una película, es muy útil poder probar diferentes piezas de música para ver cómo funcionan con la escena ... Bueno, con un poco más de cuidado y reflexión, estas pistas temporales pueden convertirse en la banda final."
(Un poco injusto, ¿no? Pensemos en los grandes compositores del cine como John Williams, John Barry, Maurice Jarre, Ennio Morricone, Hans Zimmer, etc. Por mencionar solo algunos.)
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Muchas gracias!
Banda musical de la película "2001: Odisea del Espacio".
1. Así habló Zaratustra (Richard Strauss)
2. Requiem (György Ligeti)
3. Lux Aeterna (György Ligeti)
4. El Danubio Azul (Johann Strauss II)
5. Adagio de Gayane (Aram Khachaturian)
6. Atmosphères (György Ligeti)
7. El Danubio Azul (Johann Strauss II)
8. Así habló Zaratustra (Richard Strauss)
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